miércoles, 1 de julio de 2009

say hi to my little friend!!!

Es increíble, como la gran mayoría de las veces tenemos que reprimir lo que pensamos, aún viviendo en un mundo que se autodenomina libre e igualitario... right.

Si bien es cierto que la libertad se construye a través de decisiones, también se construye por circunstancias... y después de un análisis sobre el por qué debería empezar a escribir lo que hay en mi mente, llegué a la conclusión de que a nadie le importa realmente.

Así es, soy una persona que podría llamarse querida por muchos, odiada por pocos (qué aburrido esto último), sin embargo pocas veces puedo sacar de mi mente todo lo que hay, y cuando lo hago es como una olla express que asusta a todos con la presión y el sonido que emite.

Es por eso que, a partir de hoy, lejos de ir pensando en el coche sobre lo que debería decirle a mis amigos, lo que me gusta y me disgusta, empezaré a escribirlo (jaaaaaa seguro a nadie le importa) sin buscar aprobación, sin buscar el preciado feedback de la comunicación, simple y sencillamente dejaré que la diarrea verbal me enferme.

Mi primera declaración online, será para rendir homenaje a lo que durante los últimos años ha regido en gran medida mi vida: las redes sociales.

Ooohhh sí, son las 9 am y tenemos que abrir el messenger. Siempre está la misma gente, siempre con nicks larguísimos que buscan llamar la atención sobre lo que ocurre en sus vidas (me incluyo). Desde el momento en que leo los nicks del messenger, los status de facebook, los tweets y todo aquello que se publica en este tipo de sitios, me doy cuenta de la enorme necesidad del ser humano por ser escuchado (leído) en un mundo donde la saturación de los sentidos es el pan nuestro de cada día, pero al menos lanzamos un grito silencioso que nos alivia el deseo de comunicarnos.

Vivan las redes sociales, viva el internet, pero viva mucho más toda aquella persona que los alimenta día con día.





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