domingo, 7 de febrero de 2010

One for my boys

Esta vez voy a hablar de los chicos de mi vida, que como a toda mujer le quitan un 60% de energía y pensamiento a lo largo de su vida.

Estoy bastante cansada de precisamente enfocar mis pensamientos en este tipo de temas, porque al final, absolutamente nada está bajo control mas que nuestras decisiones y voluntad, muy contrario a lo que pueda parecer cuando dicen que las mujeres somos quienes dominan estas cuestiones.

Desde hace un tiempo, he notado un patrón en mi conducta: I'm a hunter. Me gustan los retos, me gusta conseguir, me gusta sentir las mieles del éxito, en general en toda mi vida. Sí, creo que soy una luchadora incansable que de vez en cuando llora cuando siente que ha dado todo lo que puede, pero que siempre da un poco más cuando no hay nada más que dar.

No necesito ningún hombre, pero sí quiero uno a quien necesitar. Frase compleja que define mi estado actual, causante de desvelos y alegrías, paradoja de la vida.

Creo que desde hace 2 años más o menos, he aprendido a racionalizar muy bien mis sentimientos hacia una persona del sexo opuesto. Hace mucho que no me encuentro llorando por alguien, por sentir rechazo o incluso, no me emociono por sentir aquello que le llaman "enamoramiento".

Y esa es precisamente mi preocupación: creí que no sentía.

Hace poco pensé que podía fijarme en alguien que realmente me atraía, pero además y como es frecuente, suelo poner mis ojos en la persona que menos debo. El problema, es que me interesé en alguien igual o más racional que yo, con el corazón más frío y con más miedo de sentir de lo que yo jamás pude imaginar, pero que me robaba el sueño y que me hacía sentir esa ansiedad por saber de él. Cazadora que soy, decidí buscarlo e intentar ganar, pero fue una presa difícil que sólo me dejó preguntándome ¿qué diablos estoy haciendo?

Me han hecho mucho daño, me han hecho dudar lo valiosa que soy, me han hecho pensar que las relaciones amorosas son utópicas, e incluso llegué a pensar que está bien estar con personas mientras te hagan feliz, cuando realmente lo que quiero es alguien que camine conmigo y de lo mismo que yo daría por él.

Sí, creo que sigo siendo una mujer que se enamora fácilmente, que se olvida de sí misma, que perdona y que sueña, pero que tiene mucho miedo a que la vuelvan a lastimar de la forma en que lo hicieron hace unos años.

El miedo es una barrera que me ha costado mucho superar y que aún no derribo totalmente. Me ha hecho entender que las heridas cierran pero no desaparecen y que siempre van a tener un efecto en nuestra apariencia, en nuestra forma de vivir y convivir con los demás.

Cuando conocí a este hombre, sabía que era diferente, que era una persona difícil, que era incomprensible y duro, tal vez uno de mis mayores retos. Inicié mi labor mostrandome como una mujer fuerte, que sólo busca diversión, que no se involucra sentimentalmente y que es capaz de desconocerlo en cualquier momento. La realidad, es que no soy asì. La realidad es que me duele que me ignore y me duelen las palabras hirientes que día a día leo. Me duele pensar que no significo nada en su vida y me duele saber que no importa si yo el día de mañana dejo de existir, porque para él, estar o no en su vida es como si llueve o sale el sol, el sigue su camino, me duele que me lo haya dicho y lo peor, me duele seguir buscando una señal de cariño bajo ese duro caparazón.

Me duele porque me engañé al pensar que no me iba a involucrar, me duele porque fue mi decisión y creí poder sostenerla, me duele porque ni siquiera lo amo, ni siquiera es alguien que haya marcado mi vida, ni es alguien con quien me haya involucrado, pero me duele más porque representa lo vulnerable que soy y lo frustrante que es no conseguir lo que me propongo y que veo que podría ser genial.

Me hice creer que me quería, le creí cuando lo dijo e incluso, ahora no sé si sea real, pero es una forma de querer que no me trae mas que malos sentimientos, ansiedad y dolor, así que como bien dicen, el que sufre es porque quiere y ninguna necesidad tiene nadie de someterse a este tipo de situaciones cuando ya bastante sufrimiento hay afuera como para buscarse más.

No hay dolor que dure 100 años y es momento de recuperar mi dignidad. Finalmente y por mucho que duela, no voy a tolerar una humillación más, no toleraré que me menosprecien y mucho menos ser una opción cuando no haya nada más que hacer.

Hombres, por favor, así como ustedes piden claridad cuando se atreven a expresar lo que sienten a una mujer, nosotras también pedimos que sean honestos consigo mismos y con las mujeres que los quieren. Absolutamente nadie que te quiera merece ser tratado con desprecio, con hostilidad de tu parte. Tus problemas son tuyos y nadie tiene por qué pagarlos, especialmente cuando están ahí para ayudarte. Así que, la proxima vez que una mujer esté interesada en ustedes, que sueñe con ustedes y que haga y deshaga por ustedes, por favor, tengan la decencia de ser honestos y de ser hombres.

Por mi parte, me querré un poco más y demostraré que la gente que realmente me quiere está ahí, sin que yo haga todo por mantenerla a mi lado, sé que algún día voy a encontrar a quien me haga reir, quien me haga crecer, alguien a quien inspirar y que me inspire, y todas esas cosas cursis que uno debe sentir cuando ama...

Espero por lo menos, hacer reflexionar a alguien sobre lo injusto que es hacer sufrir a alguien... duele más la incertidumbre que el rechazo, piénsenlo.