lunes, 28 de septiembre de 2009

El tiempo pasaaaaa....

...y ya llevo un buen rato con mi blog olvidado.

Hace unos años, jamás en la vida hubiera pensado que mi vida estaba más "padre" que ahora, típico... uno nunca está feliz con lo que tiene.

Antes, cuando estaba en la universidad, me mortificaba pensando que no podía sacarme menos de 10 en los exámenes, tareas, trabajos, etcétera... Realmente esa era y fue mi única preocupación hace algunos años, e irónicamente, en ese entonces lo único que quería era terminar de estudiar y trabajar para ganar mucho dinero (JA!).

Recuerdo casi como si fuera ayer (y no es que hayan pasado muchos años eh!), cómo me quejaba de no tener tiempo, cómo sufría porque diario tenía que hacer algún ensayo o análisis y eso, sí... eso, se me hacía pesadísimo y nadie, absolutamente nadie, tenía más obligaciones y presiones que yo, y aún así diario me daba tiempo de echarme una pestañita en las tardes y UFFF, me la vivía cansada...

En serio, que maravillosa es la madurez. Lo malo es que llega demasiado tarde, cuando a uno sólo le sirve para darse cuenta de lo mal que estaba antes.

Ahora que trabajo y que es mi única responsabilidad, me doy cuenta que la vida de adultos apesta en la mayoría de sus sentidos, ya ni siquiera salgo tanto los fines de semana, porque o estoy muerta, o me da weba, o no hay dinero... y antes, lo único que quería era reventarme a morir los fines.

Simple y sencillamente, si antes tenía una o dos tareas, ahora tengo incontables encargos, miles de procesos que memorizar y cargar con la conciencia de cometer y ejecutar una decisión equivocada, porque no es lo mismo reprobar un exámen que hacer perder miles de pesos a tu empresa (y que te los cobren o te corran).

Ahora duermo en promedio 7 horas, me arreglo 1, trabajo 9, como 2,manejo 2, ceno 0.5 y me preparo para dormir 0.5, y las demás horas (2), trato de ver a mi novio / amigos / y disfrutar mi casa y mi soledad (que curiosamente, antes no soportaba) y cuando puedo, hacer ejercicio.

Ahora, mi sueldo no es suficiente ni para pagarme la gasolina ni la comida, ya no recibo ayuda de mis papás y antes, me quejaba porque no me daban más dinero... No cabe duda que mis papás tenían razón: cuando te cueste ganar el dinero, vas a valorar cada peso que gastes.

Y efectivamente, me duele cada peso que tengo que quemarme en gasolina carísima (gracias Pemex), me duele hasta comprar comida, me duele que no me alcance, porque siempre pensé que además de gastar mi dinero en mis caprichitos, iba a poder ayudar a mis papás y hacer alguna obra de caridad...

Pero bueno, gracias a esa madurez, ya no me puedo quejar (tanto), porque ahora que veo las cosas a través del espejo de adulto jóven, veo que podría ser mucho peor. Veo que podría estar desempleada oxidándome cada día y perdiendo vigencia en el mercado laboral, entre miles de chamacos que egresan cada 6 meses de las universidades, así que ni modo, no me queda de otra más que aguantarme y hacerme a la idea de que la escuela se acabó, las vacaciones de verano vendrán en al menos 2 años (en lo que junto un buen número de días), de que mis papás ya no tienen la obligación de darme absolutamente nada, y que esto será por el resto de mis días...

Así que, si algo puedo dejar de aprendizaje a alguien que se encuentre en la universidad, es que valoren... Valoren cada segundo que pasan estudiando, porque finalmente, un examen por muy perro que esté, no pasa de ser una nota...

Acuérdense, pensar y aprender no mata... pero el estrés del mundo real sí.

1 comentario:

  1. Bienvenida al mundo del "adulto contemporaneo" donde los jóvenes te dicen señor y los adultos te dicen joven... sigo confundido jajaja

    ResponderEliminar